Historia- 3ª Parte

Desarrollo de la contienda


Con anterioridad a los hechos del Maine, Estados Unidos había ordenado a su flota del Pacífico que se dirigiera a Hong Kong e hiciera allí ejercicios de tiro hasta que recibiera la orden de dirigirse a las Filipinas y a la Isla de Guam. Tres meses antes se había decretado bloqueo naval a la isla de Cuba sin que mediara declaración de guerra alguna, y cuando se declaró la guerra, esta se hizo con efectos retroactivos al comienzo del bloqueo.

Las tropas de Estados Unidos rápidamente llegaron a Cuba y cuando estaban siendo derrotadas en la batalla terrestre , la Armada de los Estados Unidos destruyó dos flotas españolas, una en la Batalla de Cavite, en Filipinas, y otra en la batalla naval de Santiago de Cuba cuando la flota española intentaba sin casi esperanza escapar a mar abierto. El gobierno español pidió en julio negociar la paz.
Santiago de Cuba se rindió el 16 de julio. Algunas cifras estiman los fallecidos en la campaña, que culminó con la toma de Santiago, en alrededor de 600 por la parte española, 250 por la estadounidense y 100 por la cubana. A pesar de que la guerra fue ganada principalmente por el apoyo de los mambises, el general Shafter impidió la entrada victoriosa de los cubanos en Santiago de Cuba, bajo el pretexto de «posibles represalias».


El 18 de julio las tropas americanas desembarcan en la isla de Autos, sin apenas resistencia. Llevados por el éxito inicial el Teniente Custer desembarca al día siguiente con una fuerza de aproximada de 350 marines, 4 cañones y 2 ametralladoras apoyados por el USS Wanderer, en la isla de Aras, y que le da nombre al archipiélago. Ese mismo día toma la aldea de Los Olmos, tras un pequeño combate con los aldeanos. Confiados de su superioridad táctica y armamentística y en la poca resistencia que plantean las tropas españolas durante el desembarco y su posterior avance, el teniente Custer decide plantar su cuartel general en una de las granjas de dicha aldea, mientras que las tropas acamparan para pasar la noche en un terreno pantanoso a la afueras de la aldea, sin preocuparse en hacer preparativos defensivos.
Esa misma noche un destacamento de cazadores de 50 hombres al mando del Teniente José Mota ataca el campamento americano. La falta de medidas defensivas, el terreno poco adecuado y el factor sorpresa ayudaran a las tropas españolas en el combate. Como resultado las tropas españolas causaran 135 muertos y 215 heridos y prisioneros, sufriendo solamente 3 muertos y 14 heridos. Además del impacto moral causado al repeler el primer intento de invasión, los españoles capturaran una gran cantidad de armamento, que les servirá para armar a las milicias locales fieles a la corona.

La pequeña guarnición acabara la guerra sin protagonizar ninguna acción militar mas. Limitándose el USS Wanderer a bombardear la costa o hundir pequeños barcos pesqueros.
El 25 de julio, el General Nelson A. Miles, con 3.300 soldados, desembarcó en Guánica comenzando la ofensiva terrestre en Puerto Rico. Las tropas de EE.UU encontraron resistencia a comienzos de la invasión. La primera escaramuza entre los estadounidenses y las tropas españolas y puertorriqueñas se produjo en Guánica, y la primera resistencia armada se produjo en Yauco en lo que se conoce como el Combate de Yauco. Este encuentro fue seguido por los combates de Fajardo, Guayama, Coamo, y por el Combate del Asomante.
El 9 de agosto de 1898, las tropas norteamericanas que perseguían las unidades españolas de Coamo encontraron fuerte resistencia en Aibonito y se retiraron después que seis de sus soldados resultaran heridos. Regresaron tres días más tarde reforzados con unidades de artillería. En un ataque sorpresa, el fuego cruzado confundio a los soldados estadounidense que dijeron haber visto refuerzos españoles cerca. En esta acción perdieron los estadounidenses 2 oficiales heridos, 2 soldados muertos y 3 heridos, un total de 7 bajas; los españoles 1 ó 2 heridos.
Un grupo de puertorriqueños convencidos de que Puerto Rico podría ganar su independencia, llevó a cabo un levantamiento armado en Ciales que se conoció como el Grito de Ciales y proclamaron la república de Puerto Rico. Las autoridades españolas que no tenían conocimiento de que el armisticio había sido firmado reprimieron el levantamiento.
Todas las acciones militares fueron suspendidas el 13 de agosto, después de que el Presidente William McKinle y el embajador francés Jules Cambon, en nombre del gobierno español, firmaran un armisticio.

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