Don Quijote Cabalga de Nuevo.



 

Tras los combates sufridos por la 2ª Sección de la Compañía, el Teniente Montoya de la 1ª Sección de combate decidió avanzar a la ciudad Terelly-sur- Sena, aprovechando la cercanía de la noche decidió hacer un reconocimento en profundidad de la zona industrial. Los alemanes habían destruido todo lo que habían podido para evitar que pudiera caer en manos aliadas, creando una buena posición defensiva.



La sección de combate del Teniente Montoya estaba formado por su escuadra de mando a bordo del Halftrack Don Quijote, y sus dos escuadras de fusileros en los vehículos “Madrid” y “Belchite”. Como apoyo contaban con un mortero de 60mm.


Frente a ellos se encontraba la unidad paracaidista que defendía el sector, puesto que ya habían sido alertados de la presencia de los españoles, estaban equipadas con armas antitanque.


El teniente Montoya realizo el primer movimiento, mandando a sus hombre actuar con cautela hasta que vieran movimiento en la líneas alemanas, todavía no había localizado a ningún “fascista” y no quería sorpresas.


La primera explosión no se hizo esperar los servidores del mortero habían divisado sobre un deposito un extraño reflejo, y suponiendo que era un francotirador decidió bombardear la zona. Aunque el disparo fallo fue el principio de la “fiesta”, una HMG alemana abrió fuego sobre la sección del Cabo Ramírez, hiriendo gravemente al soldado Martínez.




Los disparos continuaban y desde el depósito surgió un disparo que abatió al soldado Díaz.


En ese momento Montoya ordeno a sus vehículos de transporte que salieran de sus escondites y abrieran fuego. Los alemanes estaban bien cubiertos y apenas sufrían con el fuego pesado de ametralladora. Montoya avanzaba con sus hombres para dar caza al francotirador. En ese momento el mando alemán ordeno avanzar a un grupo de paracaidistas para taponar el avance republicano, pero el avance les iba a costar caro. El fuego cruzado del “Belchite” y del “Don quijote”, provoco que los alemanes se quedaran tirados en el suelo en tierra de nadie, cubiertos simplemente por unos escombros. El francotirador alemán intentado ayudar a sus compañeros disparando al artillero del “Belchite”, impactando en el casco del Soldado Cardona alias “El Gato”, y haciéndolo volar por los aires.



Había sido su día de suerte, pensó “El Gato”- Ya solo me quedan tres vidas- las otras cuatro las había perdido en Huesca, Teruel, El Ebro,…


Montoya ordeno avanzar a su unidad y disparo sobre los alemanes que le salían al paso, los alemanes quedaron muertos en el suelo. El mortero realizo un segundo disparo cerca de su posición.


La noche estaba cayendo mas alemanes se dirigían a su posición, había un francotirador frente a él, y sus hombres estaban cansados.


– Mañana será otro día, ¡Nos replegamos!.



El teniente alemán respiro aliviado al ver a los españoles replegarse, él había ya mandado a una sección tomar posiciones defensivas. Tras la pérdida de los 6 hombres que cubrían al francotirador, veía peligrar su flanco izquierdo. Levanto la mano y ordeno a sus paracaidistas volver con el resto de la compañía. Esta noche podrían descansar, esta noche nadie quería morir por unos trozos de hojalata.

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